Dos textos casi seguidos pudieron haberla dado:
- Oye mi oración, oh Jehová, y escucha mi clamor.No calles ante mis lágrimas; Porque forastero soy para ti, Y advenedizo, como todos mis padres. (Salmos 39:12).
- Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. (Salmos 40:2).