miércoles, 2 de noviembre de 2022

La letra mata pero el espíritu vivifica

Por eso cuando leemos las sagradas escrituras oramos que la Palabra viva, que no está atrapada en un texto por más sacro que se lo tenga --aunque lo puede usar para comunicar con él--, hable a nuestros corazones para que recibamos de Su voz, y no la lectura que haría cualquiera que no tiene comunión con Cristo, por más sabio e inteligente según el mundo que sea ese lector.

Con esto nos libramos de la simpleza de los sistemas de comunicación meramente humanos que están al azar de las voluntades y mentes de las masas hablantes y escribientes, masas que por lo general rechazan la vida y la luz de Cristo, y por lo tanto no tienen Su mente, cosa que nosotros por Su gracia sí tenemos.

Sí, ya se, típica foto de los espiritualoides. Pero me gusta.