Porque lleva a aferrarse a la misericordia de Dios.
Esta es la parte segunda de las entradas sobre el Infierno. En la primera parte decíamos que Dios no es sádico, y que hay razón suficiente como para decir al mismo tiempo que Dios es un Dios de amor y que finalmente enviará a sus ángeles a lanzar gente al lago de fuego.
En esta entrada quiero argumentar a favor de la predicación que anima a huir de la ira venidera. Es cierto que predicar de eso solamente es incompleto, así como predicar que somos pecadores y nada más es incompleto; pero puede ser parte del discurso. En la Biblia tenemos varios ejemplos en donde se apela al sentido de la autopreservación para animar a alguien a escapar de un evento destructivo. Siguiendo el lenguaje planteado en la entrada enlazada al principio, el infierno será visto como un aviso para "meter miedo" y lograr una reacción de autoconservación.
«Y fué que cuando los hubo sacado fuera, dijo: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas». (Génesis 19:17).
La Destrucción de Sodoma y Gomorra - John Martin (1852). |
«(...)y habló a la congregación, diciendo: Apartaos ahora de las tiendas de estos malvados, y no toquéis nada que les pertenezca, no sea que perezcáis con todo su pecado». (Números 16:26).
«Hijo mío, si salieres fiador por tu amigo,
Si has empeñado tu palabra a un extraño,
Te has enlazado con las palabras de tu boca,
Y has quedado preso en los dichos de tus labios.
Haz esto ahora, hijo mío, y líbrate,
Ya que has caído en la mano de tu prójimo;
Ve, humíllate, y asegúrate de tu amigo.
No des sueño a tus ojos,
Ni a tus párpados adormecimiento;
Escápate como gacela de la mano del cazador,
Y como ave de la mano del que arma lazos». (Proverbios 6:1-5).
«Huid, salvad vuestras vidas, sed como un enebro en el desierto». (Jeremías 48:6).
«Huid de en medio de Babilonia, y salve cada uno su vida». (Jeremías 51:6).