domingo, 4 de diciembre de 2022

Proverbios 4

 Ayer, en Proverbios capítulo 3:


No envidies al hombre injusto,

Ni escojas ninguno de sus caminos.

Porque Jehová abomina al perverso;

Mas su comunión íntima es con los justos.

– Versículos 31 y 32


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Hoy, en Proverbios 4:


Por el camino de la sabiduría te he encaminado,

Y por veredas derechas te he hecho andar.

Cuando anduvieres, no se estrecharán tus pasos,

Y si corrieres, no tropezarás.

– Versículos 11 y 12.


Aparta de ti la perversidad de la boca,

Y aleja de ti la iniquidad de los labios.

Tus ojos miren lo recto,

Y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante.

Examina la senda de tus pies,

Y todos tus caminos sean rectos.

No te desvíes a la derecha ni a la izquierda;

Aparta tu pie del mal.

– Versículos 24 al 27.


No entres por la vereda de los impíos,

Ni vayas por el camino de los malos.

Déjala, no pases por ella;

Apártate de ella, pasa.

El camino de los impíos es como la oscuridad;

No saben en qué tropiezan.

– Versículos 14, 15 y 19.


Meditación:

Las obras del Señor son misteriosas decía el predicador en Eclesiastés y Pablo asentía: sus caminos son inescrutables. Tienen razón, ambos estaban mirando muy lejos o muy cerca, intentando discernir y abarcar los porqué de las cosas. Esto en una posición de observación quieta y meditación en lo lejano, nos asombramos de lo grande de nuestro Dios y adoramos. Asimismo nos damos cuenta cuán poco entendemos de Él. Pero eso poco que tenemos lo apreciamos y nos hace desear más. En el capítulo anterior de Proverbios, y en el previo a ese, veíamos cómo íbamos a ir comprendiendo de a poco a Dios y su compleja ciencia.

Pero no podemos quedarnos quietos, es imposible, forzosamente hemos de dar un paso. Todo el mundo camina, todo el mundo edifica, todo el mundo obra. Cada quién hará obras de la carne o según el Espíritu; con madera, heno y hojarasca o con oro, plata, piedras preciosas; edifique sobre arena o sobre roca; camine en su propia rectitud/religión o en la de Jesucristo, en el temor de Jehová, que consiste en apartarse del mal.

Ahora bien, sucede que al ojo de la carne el que camino de los impíos le parece más fácil, tiene recompensas atractivas a la vista y más a mano. Si perdemos la fe en Cristo y, por consiguiente, en la provisión divina, empieza a tener sentido seguir ese camino ¿Qué otra cosa hacer sino dejarnos morir? En el Salmo 73 se detalla a la perfección el momento de debilidad de un siervo del Altísimo, la recuperación de su raciocinio, visión del futuro, arrepentimiento y adoración final. De lectura obligatoria.

Saludos.